Soñamos con un nuevo día, cuando el nuevo día no llega. Soñamos con una batalla, cuando ya estamos luchando.
~El club de los poetas muertos.

sábado, 28 de diciembre de 2013

There is no hope.

Llevaba caminando lo que le parecieron horas cuando por fin encontró algo de luz en la profunda oscuridad de la noche. Había salido corriendo como reacción a la dura bofetada de la realidad. En la vida no había hueco para los sueños, ni para la esperanza. 

Durante toda su vida se había estado repitiendo que la esperanza es lo último que se pierde. Había grabado a fuego en su mente que en la vida hay que tener sueños y ambiciones para poder triunfar. 

Pero todo era mentira

Cada vez que había decidido darle la espalda a la razón para dejarse llevar por su corazón, tratando de alcanzar sus metas, lo único que había conseguido era volver al inicio de la maratón sin tener siquiera un descanso para coger aire. 

No es que su vida fuera un desastre, o al menos, no en comparación con la de otras muchas personas. Se consideraba una persona feliz; tenía amigos, estaba sacando sus estudios adelante sin ayudas, y no se llevaba mal con ningún miembro de su familia. 

Su familia...hasta hace más bien poco tiempo, ella se consideraba una persona increíblemente afortunada por el simple hecho de tener una familia unida a la que que quería con locura. Se llevaba bien con sus padres, confiaba en ellos y podía hablar de cualquier cosa sin miedo a enfados, aunque como en todas las familias, también discutía con ellos. Quería a sus hermanos con locura, a pesar de que su hermano se pasaba las veinticuatro horas del día buscando incordiarla, y que a su hermana la veía poco tiempo debido a la universidad y a su inesperado enamoramiento con su chico; inesperado, porque su hermana siempre juró y perjuró que nunca tendría novio y menos aún que se enamoraría.

Pese al único desamor que ella tuvo en su vida, el cual la destrozó el corazón profundamente, el hecho de que observara el amor entre su hermana y su novio, y ver lo enamorados que seguían sus padres después de tanto tiempo, la hizo tener la esperanza de que el amor aún podía llegar a su
Y ahora, ella estaba tirándose de rodillas sobre la húmeda y endurecida arena nocturna de la playa, y cerrando los ojos. Respirando profundamente el aroma a sal y arena mojada. Empapándose de ese olor que la tranquilizaba, dejando que la magia del mar la inundara.

Le invadieron unas ganas terribles de gritar, de llorar, de echar fuera todo lo que había estado reprimiendo dentro durante meses. Y lo hizo. Descargó toda esa abalancha de sentimientos en un desgarrador grito de dolor. Un grito que no alertaba de dolor físico, ni de peligro. Un grito que simplemente dejaba claro el dolor que sentía en su corazón.

Se dejó caer totalmente sobre la arena, respirando entrecortadamente. Había gritado hasta quedarse sin voz y, sin embargo, eso no la hizo sentirse mejor. Seguía sintiendo que algo iba mal dentro de ella.

Sabía perfectamente qué era lo que la pasaba. Había descubierto que no se puede vivir de los sueños ni de la esperanza. Que tan solo eran un engaño, una distracción para evitar el sufrimiento en la vida. Y ella ya no era capaz de vivir más tiempo junto a los sueños y la esperanza, sabiendo cual era la realidad, por muy poco que le gustara.

Había llegado el momento de cerrar la ventana por las noches. De despedirse de la niñez. Era la hora de madurar, de renunciar a todo aquello que pudiera dar gran felicidad y limitarse a aceptar la satisfacción, puesto que la felicidad era algo momentáneo, que se iba con la misma rapidez que llegaba. Era una ilusión de la que todo el mundo vivía, echándola en falta durante toda la vida excepto en esos escasos momentos en los que la sentían.

Y ella prefería no vivir echando de menos, o con la esperanza de alcanzar algo que nunca podría tener.

Respiró profundamente por última vez y se levantó. Se secó unas lágrimas que no recordaba haber derramado y se aclaró la garganta. Miró el cielo, oscuro, sin estrellas. Pasó una estrella fugaz y por primera vez en su vida no pidió ningún deseo, se limitó a sonreír irónicamente y dar media vuelta, camino de lo que en algún momento no hacía demasiado tiempo, había denominado su hogar.

miércoles, 25 de diciembre de 2013

Please, don't be a stranger in my place.

A veces me pongo a pensar en todo lo que puede cambiar tu vida en cuestión de segundos.

En como, con tan solo parpadear, tu vida da un giro de 180º.

Y en como me gustaría volver atrás en el tiempo y hacer que las cosas cambiaran. En volverme fuerte. En no verla sufrir.

No te la mereces. Ella se merece alguien mejor que tú. Y te aprovechas de que eres su debilidad, sin saber que ella es la nuestra y que nos estás perdiendo.


Ojalá te des cuenta algún día del desastre que estás creando. 

Y ojalá no sea demasiado tarde.

viernes, 6 de diciembre de 2013

¡Sálvese quien pueda!

‘‘Respirar tan fuerte que se rompa el aire, aunque esta vez si no respiro es por no ahogarme...

El tiempo pasa sobre todo nosotros tratando de hacernos caer, tratando de destrozarnos, de poco a poco, hacernos desaparecer.

Y el tiempo no hace distinción con la gente sobre la que pasa; no le importa cuán rico seas, no le importa el color de tu piel, no le importan tus tendencias sexuales. Nadie escapa del tiempo porque el tiempo persigue a todo el mundo.

…intenta no respirar...

Todos nacemos con un mismo final, que no misma finalidad. Todos vamos a morir porque el tiempo ha escrito nuestro final incluso antes de saber que iba a tener que perseguirnos. 

...y al respirar propongo ser quien ponga el aire''

Pero ahora bien, el tiempo no logró tapar todas las fugas de su plan; nosotros somos quienes decidimos cuándo llega nuestro final, teniendo la oportunidad de demostrar que podemos con todo, incluso con el tiempo.

Puede ser que mañana esconda mi voz por hacerlo a mi manera.

domingo, 24 de noviembre de 2013

Go ahead and smile.

Sé que mi sonrisa no es la más bonita del mundo, que mis ojos no tienen nada de especial, que no tengo un cuerpo escultural como el de muchas chicas y que no soy una belleza. Que no tengo el mejor humor del mundo y que no soy perfecta.

Pero no me quejo, de hecho, soy feliz; soy feliz porque sé apreciar las cosas buenas de la vida.

Creo que puedo demostrar la existencia del infinito si me pongo a contar cuantas veces me han repetido ''Tras la tempestad llega la calma'', o ''no hay mal que por bien no venga'' de la boca de la gente que me quiere.

Reconozco que cuando estás mal todas esas palabras que buscan hacerte reaccionar no tienen ningún efecto. Simplemente las oyes, y te parecen tonterias. Pero según pasa el tiempo, te das cuenta de lo ciertas que son. Cuando estás hundido en lo más profundo no ves nada bien, ni aunque lo tengas en tus narices. Te detestas a ti mismo, haciendo que los demás se alejen de ti y creando un bucle en el que el hecho de que se alejen de ti, te haga detestarte más. Odias todo y a todos y no tienes ganas de nada...hasta que un día pulsas el botón y todo cambia.

Abres los ojos, y llega el arrepentimiento. Ahí es cuando tu percepción de la vida cambia. Cuando comienzas a apreciar las cosas buenas: la gente que a pesar de todo, sigue ahí. Y eso te hace darte cuenta de que no hay nada que debas cambiar en ti, pues los que te quieren de verdad te querrán con lo que eres.

Y es gracias a esas personas por lo que hoy día me encanta sonreír a todas horas, incluso aunque no me guste mi sonrisa. Por eso os la dedico a vosotros, las personas a las que más quiero en este mundo, aunque no lo diga muy a menudo. ~creo que no hace falta decir ni nombres~

lunes, 21 de octubre de 2013

''Light a cigarette and wish the world away''

Hacía mucho que no me sentía feliz. Feliz de verdad, de sentir que todo va bien y que por muchas cosas malas que puedan pasar mi sonrisa siempre seguirá ahí. Y me alegro de poder decir que ahora mismo soy feliz.

Con el tiempo he aprendido a apreciar cualquier cosa que pasa en mi vida, porque todo se va con la misma rapidez que llega y no se puede depender de todo lo que se tiene. A lo que quiero llegar es que tras muchos golpes con la misma piedra, he aprendido que no podemos permitir que toda nuestra felicidad y bienestar dependan de los demás, o más bien de una sola persona. Tendemos a poner toda nuestra atención en esa persona de tal manera que todo lo que les pasa nos afecta más a nosotros que a la persona en concreto. Y eso no está bien. No me refiero solo a las parejas, también me refiero a, por ejemplo, una madre y sus hijos o un niño y su mascota. Está bien preocuparse por aquellos que quieres, pero no debemos llegar a los límites tampoco.

Resumiendo, estoy feliz de poder decir que he aprendido a ser feliz con lo que tuve y tengo, y ansiosa ante la idea de no saber qué pasará en el futuro. Antes me daba miedo mirar adelante, enfrentarme a lo que me esperaba fuera porque me sentía insegura sin alguien a mi lado. Ahora soy capaz de enfrentarme a cualquier obstáculo que se me ponga delante, y quiero decir que por muy mal que os estén yendo las cosas, por muy mal que os sintáis, por muy incomprendidos, tristes, solos, deprimidos que os encontréis...el tiempo pasa, y todo mejora. Nadie dice que mañana sea cuando todo cambiará, pero sí que algún día lo hará. No podemos controlar cuándo ni cómo, simplemente aceptarlo para poder seguir adelante -sonriendo- que es lo más importante.

domingo, 14 de abril de 2013

SCREAM, SHOUT, BE FREE

¿No os ha pasado nunca que se te juntan mil cosas y lo único que quieres es tener la mente en blanco? No quieres hablar con nadie, no quiere estar con nadie, no quieres tener que escuchar los problemas de los demás, no quieres tener que contar tus problemas..
A mi, por desgracia, me pasa casi todos los dias. Ultimamente me como una mierda tras otra, cuando parece que mejoro vuelvo a caer. Y he llegado a un punto en el que no aguanto más.
Pero soy consciente de que los demás no se merecen ni mis malas caras, ni mis malas contestaciones, ni verme mal. Sin embargo no hay nada que pueda hacer para mejorar, al menos no de momento, pero sí que hay algo que puedo hacer para que los demás no vivan mi malestar, y es tan sencillo como esto;

Cierro los ojos, me imagino en un lugar en el que solo estoy yo, el silencio me rodea y no hay nadie que pueda molestarme. Y me imagino que abro los ojos y grito, grito lo más fuerte que puedo hasta quedarme sin voz. Y entonces, abro los ojos de verdad, y pongo mi mejor sonrisa, como si no pasase absolutamente nada.


viernes, 22 de febrero de 2013

What the hell.

Dicen, y doy fe de ello, que cuando quieres a alguien de verdad, quieres a esa persona por encima de todas las cosas. Aceptas lo bueno y lo malo que tiene esa persona, porque es lo que la hace ser como es, y por tanto lo que la convierte en la persona que quieres.

Pero, joder, cuando quieres a alguien de verdad, cuando sientes que no puedes vivir sin esa persona, cuando la necesidad de tenerla a tu lado a todas horas es constante, cuando te mueres por besarla, abrazarla, despertarte a su lado todos los días...Cuando sientes eso nada más importa. Cuando sientes eso aunque la otra persona te esté tiroteando no te importa, pase lo que pase seguirás ahí, queriéndola, hasta que tu corazón ya no pueda más. Por eso yo no entiendo nada, no entiendo porque me equivoqué, me disculpé, y me di cuenta tan tarde de lo que realmente siempre he sentido. No entiendo por qué él dejó de sentir todo en cuestión de días. No entiendo por qué si es cierto que tanto me quería, que tanto me necesitaba, de pronto me olvidó. ¿Realmente lo hizo? Me gusta pensar que no, que simplemente es el dolor el que le ciega y le hace pensar así. Que su orgullo trata de proteger su corazón y se ha puesto delante para que no me pueda ver.

Y doy gracias a esta oportunidad que me ha dado el destino para recuperarle, me lleve el tiempo que me lleve, lo lograré. Porque si algún día de verdad sintió eso que a mi me dijo, lo volverá a sentir. Lo volverá a sentir porque yo soy todo lo que él necesita, soy todo lo que él quiere que sea. Y él lo es para mi.