Sin embargo, yo soy optimista. Me gusta pensar que las cosas no son necesariamente blancas o negras; me gusta pensar que cuando algo malo pasa, es porque algo mejor está por llegar. No obstante, incluso las personas que son extremadamente optimistas tienen un límite.
Yo he encontrado el mío.
Hay días que realmente hago un esfuerzo inimaginable por poner buena cara ante los demás, días en los que lo único que me apetece es llorar y aún así sonrío; No os engañéis, que sonría no significa que esté bien, mucho menos que sea feliz. Puede que mi sonrisa y mi voz digan "eh, no pasa nada, estoy bien", pero en realidad si te fijas mejor y me miras a los ojos, te darïas cuenta de que lo que más necesito es un abrazo, una persona dispuesta a escucharme como yo escucho a los demás. No pido consejos, no pido un gran esfuerzo, solo pido alguien...con quien no tenga que ocultar como me siento realmente.
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