¿Cierto?

-No desperdicies tu tiempo en él, no merece la pena.
+Ya, pero me gusta.
-¿Acaso no ves que no te hace caso?
+¿Y? Si algo he aprendido a lo largo de mi corta vida es que nunca, bajo ningún concepto, hay que rendirse. Vale que cuando le vea me ponga a temblar como un cervatillo asustado. Vale que no sea capaz de decirle un simple hola sin sonrojarme. Vale que sea una tonta y su simple presencia, aunque sea a diez metros de mí, me ponga nerviosa. Pero eso no va a hacer que me rinda, porque juro que llegará el día en que sus brazos me rodeen dándome amor, o al menos, cariño. Llegará el día en el que me veréis por la calle agarrada de su mano. Porque sé que ese día llegará, sé como son las cosas, sé cómo es él y sé que no será fácil pero..llegará el dia, oh sí, en el que os comáis vuestras palabras.